A menudo, mucha gente me pregunta todo lo que os podáis imaginar e incluso más, acerca de la profundidad de campo y es objetivo de esta entrada del blog, aclararos en la medida de mis posibilidades, en qué consiste y como controlarla de manera muy sencilla y rápida…
Explicaros que por definición, la profundidad de campo es una medida de lo que sale enfocado y/ó desenfocado, tanto por delante y por detrás de aquello que nosotros estamos enfocando con nuestra cámara y lógicamente, fotografiando.
Supongamos que quiero fotografiar este gato. Si veis el resultado, el gato al cual hemos enfocado con la cámara lógicamente aparece enfocado, pero todo lo que está por detrás de él aparece muy desenfocado e incluso, la hierva que aparece por delante de él, también aparece desenfocada en un primer plano. En este caso, decimos que la profundidad de campo es muy pequeña ó muy baja.
Sin embargo, os habréis fijado como a menudo en fotografías de paisaje, normalmente todo aparece perfectamente enfocado como en el siguiente ejemplo:
Decimos en este caso que la profundidad de campo es muy alta…
¿Podemos controlar de alguna manera la profundidad de campo o lo que es lo mismo, lo enfocado y desenfocado que aparecen las cosas en nuestras fotografías? Por supuesto que podemos hacerlo, y será tan fácil como jugar con estos tres factores:
1- La distancia focal del objetivo usado: a mayor distancia focal usada, menor profundidad de campo y por el contrario, a menor distancia focal, mayor profundidad de campo. Esto significa que si usamos por ejemplo un gran angular, cuyas distancias focales como sabéis son muy pequeñas (del orden de los 18-35mm), la profundidad de campo será muy alta. Es lo que sucede habitualmente en las fotografías de paisajes. Por el mismo hecho de usar grandes angulares, favorece que todo salga perfectamente enfocado.
Por el contrario si queremos hacer un retrato, lo que interesa es que lo salga enfocado sea únicamente mi modelo, con lo cual usaremos focales muy largas. Lo normal es hacerlo por encima de los 50-70mm hasta incluso los 200 y los 300mm, donde los desenfoques del fondo son altísimos como podéis apreciar en el siguiente ejemplo:
2-El diafragma: ya hemos hablado en otras ocasiones y con profundidad sobre lo que era el DIAFRAGMA y su funcionamiento. Ahora cabe añadir que el diafragma influye en gran medida sobre la profundidad de campo de manera que diafragmas abiertos, nos conducen a situaciones de baja profundidad de campo (f2.8 por ejemplo), mientras que diafragmas cerrados, conducen a situaciones de alta profundidad de campo (f16 por ejemplo).
3-La distancia de enfoque: no es lo mismo cuando queremos fotografiar algo, hacerlo a pocos centímetros de ello, que hacerlo a uno ó varios metros de distancia. Que sepáis, que a menor distancia de enfoque, menor profundidad de campo. Si nos acercamos mucho a algo para fotografiarlo, más sencillo será que lo tenga alrededor, salga completamente desenfocado…
Estos son los tres parámetros a tener en cuenta a la hora de decidir si queremos fotografiar algo con una gran o una baja profundidad de campo. Lógicamente, podemos contrarrestar unos con otros, de manera que si la distancia de enfoque es muy corta y sin embargo yo quiero una profundidad de campo muy alta, podré jugar aún con un diafragma muy cerrado y una focal muy baja para evitar que todo salga totalmente desenfocado…
Parece un trabalenguas pero creedme que no lo es!
Espero que esta información os sea de utilidad y como siempre os digo, para cualquier duda sabéis que por aquí me tenéis a vuestra entera disposición.
Un abrazo para todos 
